Apple ha acordado pagar hasta 500 millones de dólares a los usuarios que vieron como sus iPhones perdían velocidad según envejecían, sin previo aviso. Es el resultado de la demanda colectiva interpuesta hace casi dos años.
El asunto fue reconocido por Apple, que pidió disculpas por la falta de comunicación, explicando que se trataba de una funcionalidad que permite mantener el iPhone encendido cuando tiene una batería envejecida cuyo rendimiento ha sido mermado. Sin esta funcionalidad, el iPhone puede apagarse inesperadamente. La bajada de velocidad conlleva una bajada de consumo energético, permitiendo a una batería que ha visto mejores días mantener el sistema en funcionamiento. El usuario, lo que ve es una pérdida de rendimiento en un iPhone encendido. El sistema funciona, y tiene sentido, pero muchos acusaron a Apple de utilizarlo para fomentar la compra de nuevos modelos de iPhone.
Este dinero, unos 25 dólares por usuario que pueden subir o bajar ligeramente hasta que se determine la cifra que pagarán entre 310 y 500 millones de dólares, irán a parar a esas personas que demandaron colectivamente a Apple en EEUU.
Esta ralentización deliberada llegó con iOS 10.2.1 sin previo aviso. Apple implementó un sistema para desactivar esta ralentización de la CPU y GPU del sistema en iOS 11.3, para que sea el usuario el que decida qué hacer. Si la salud de la batería baja más de un 20% su rendimiento, y el iPhone se apaga inesperadamente al menos una vez, se activa automáticamente y se notifica al usuario. Se puede volver a la situación anterior, pero si se hace, el sistema podría apagarse de nuevo inesperadamente, y como te puedes imaginar, es mejor tener un iPhone lento que un iPhone apagado. Un cambio de batería soluciona el problema. Por eso, Apple ofreció cambios de batería por sólo 29€ a todos los modelos de iPhone afectados: iPhone 6, 6 Plus, 6S, 6S Plus, 7, 7 Plus, SE con iOS 10.2.1 o superior, y con iOS 11.2 o superior en el caso del iPhone 7 y 7 Plus.
Esta multa se suma a la que han recibido en Francia por la misma razón, al mensaje que tuvieron que publicar en su web italiana, y al coste económico que tuvo reemplazar 11 millones de baterías degradadas a precio de coste. Sin duda, una buena lección empresarial de cómo no hay que hacer las cosas, aunque las intenciones sean buenas y la implementación del sistema, correcta. En este tipo de situación tendrían que haberlo visto venir, y simplemente, no lo hicieron; Primero se informa al usuario, y luego se implementa el sistema públicamente. Nunca al revés.
Vía: Reuters.
