Un antiguo programador del Kernel de iOS ha compartido detalles de sus ocho años de trabajo en Apple, en los cuales llegó a colaborar en el desarrollo del iPhone original. Suyas son un poco más de medio millón de líneas de código a lo largo esos años, todas en el Kernel de OS X, que es también el Kernel de iOS. Eso es más o menos el 6% de todo el código que conforma ese kernel, el corazón del sistema operativo que ahora utilizan cientos de millones de personas en todo el mundo dentro de su iPhone, iPad, iPod touch, Apple TV o Mac. Se llama Terry Lambert.
Gracias a esta experiencia, nos ha contado muchos detalles acerca de las medidas de seguridad que había vigentes en Apple cuando el iPhone se estaba desarrollando. Lo primero que nos cuenta es que él no se integró al proyecto Purple, como llamaban internamente en Apple al desarrollo del iPhone, hasta que el proyecto estaba ya bastante avanzado; Lo curioso, es que a pesar de ser empleado de Apple durante años, tuvo que firmar un NDA (acuerdo de confidencialidad) para poder, inmediatamente después, firmar otro NDA en el que aparecía el nombre del proyecto: Purple. Este segundo NDA le permitía trabajar en ese Kernel, y su principal tarea era buscar bugs y acabar con ellos… básicamente porque era, posiblemente, el mejor debugger que había en Apple en ese momento. Es por eso que incluso llegó a entrar en el laboratorio secreto que había dentro del laboratorio de diseño principal, y dentro del cual vio muchas telas negras cubriendo productos que todavía no habían salido de esa habitación. Esa entrada se saltaba bastante el protocolo de seguridad pero la presión de lanzar cuanto antes el producto era simplemente inevitable.
Es por eso que Lambert nos cuenta bromeando que un disfraz de Halloween genial sería simplemente una sábana negra con agujeros para los ojos, y que cuando alguien te pregunte de qué vas, le digas de proyecto secreto de Apple. Si trabaja en Apple muy probablemente le hará gracia, y si esa persona ha estado en ese laboratorio secreto, todavía más.
Nos cuenta también algo que ya sabíamos; Los equipos de hardware y de software estaban totalmente separados, lo que hizo que él nunca viera el iPhone tal y como se presentó hasta ese mismo día en el que todos los demás lo vimos, en la mano de Steve Jobs. Sus pruebas se hacían en prototipos montados en láminas de plexiglas, o directamente en un Power Macintosh G3 que tenía instalada una versión primitiva de iPhoneOS, como se llamaba el sistema operativo del iPhone antes de que cambiara de nombre a iOS. Probablemente, esta versión funcionaría en un emulador como el que se entrega hoy con el SDK de desarrollo de Apps de iOS, ya que la arquitectura de un procesador PowerPC no se parece a la de ARM, que es la que han utilizado los procesadores del iPhone y de la inmensa mayoría de smartphones y tabletas hasta ahora. Todas las imágenes que ilustran este artículo son imágenes reales de uno de los primeros prototipos de iPhone que Apple construyó.
Por cierto, como detalle curioso, Lambert dice que los cables que se conectaban a esos prototipos para poder trabajar con ellos desde un ordenador, eran de color púrpura o rosa, tal y como se llamaba el proyecto.
Puedes leer todos estos detalles en el artículo de Quora que Terry Lambert ha escrito.
Imágenes de los primeros prototipos de iPhone vía Ars Technica.
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