El iPhone es capaz de grabar vídeos a cámara lenta, tanto con la cámara trasera como la cámara frontal, a partir del iPhone 11. Modelos más nuevos como el iPhone 16 Pro permiten grabar a resolución 4K y hasta 120 fotogramas por segundo. Los vídeos son grabados a una tasa de fotogramas por segundo mucho más elevada de los habituales 30 o 60 con los que se graba un vídeo, y luego reproducidos a esa velocidad más baja. El resultado es muy épico y permite apreciar detalles que de otra manera pasarían desapercibidos.
Si la cámara lenta la grabas haciéndote un selfie, es lo que denominamos slofie, o una cámara lenta de tu rostro u otras personas que te acompañen.