Una de las novedades de iOS 18.4 ha pasado bastante desapercibida para muchos usuarios porque sólo afecta a los que están en la Unión Europea, pero gracias a la Ley de Mercados Digitales de la Unión Europea que tantas cosas está obligando a Apple hacer, ahora tenemos la posibilidad de configurar otros servicios predefinidos como por ejemplo los mapas en CarPlay. Eso quiere decir que si quieres que Google Maps sea la App que se abre en la pantalla de tu coche cuando pidas a Siri ir a algún lugar, eso será lo que ocurra.
En el resto de nuestro planeta, la App que se abrirá es Apple Maps. Siempre puedes abrir manualmente la App de Google Maps y poner ahí la dirección del lugar al que vas, pero obviamente ahora es mucho más cómodo simplemente pedirle a Siri que te lleve a algún lugar, sabiendo que será Google Maps el servicio de mapas que te guíe.
Poder elegir otros servicios predefinidos diferentes de los de Apple es una de las obligaciones de esta ley que obliga a los grandes proveedores de tecnología como Apple o Google a dar una elección a los usuarios como método para fomentar un competitividad justa.
La Ley de Mercados Digitales de la Unión Europea también ha obligado a Apple a permitir tiendas de Apps alternativas a la suya propia, poder elegir un motor web diferente de WebKit de manera que Chrome, por ejemplo, no utilice obligatoriamente WebKit sino Blink, el mismo que se utiliza en el resto de dispositivos (incluyendo el Mac). También obliga a mostrar una pantalla al usuario para elegir navegador web predefinido al abrir Safari por primera vez, y también a permitir métodos de pago alternativos a la plataforma que Apple ofrece en la App Store. Hay más concesiones que hacer, y ésta de Google Maps en CarPlay como servicio predefinido de mapas es otra de ellas.

A pesar de todo lo que Apple ha hecho ya, cobrar un dinero por las Apps que se descargan fuera de la App Store por encima de un millón o no permitir explicar dentro de las Apps que es posible pagar por un servicio fuera de esa misma App y la propia App Store, ha tenido como resultado una multa de 500 millones de euros para Apple, que podría haber sido mucho más abultada sino fuera porque hay que tener más o menos contento a Donald Trump. De todas maneras, por cierto, se ha enfadado mucho y considera esa multa una persecución a las empresas norteamericanas en Europa.