Apple y Foxconn se están encontrando con un problema con Chibna que hasta ahora no había salido a la luz. Como hemos visto en los últimos años, Apple está llevándose parte de la producción del iPhone, y hablamos de decenas de millones de dispositivos, de China a India, hasta el punto de que quieren que todos los iPhones que se vendan en EEUU se hayan fabricado en India. Es un proceso largo, que lleva años. Actualmente, Apple y Foxconn fabrican entre 30 y 40 millones de iPhones al año. El objetivo a largo plazo es que la mitad de la producción mundial de iPhones se haga en India. Obviamente, esto no le gusta a china.

China quiere proteger el actual status quo, es decir, quieren continuar siendo la fábrica del mundo tecnológico que llevan tantos años siendo. De eso depende que cada año ingresen una cantidad ingente de muchos miles de millones de dólares al año, y de eso depende que millones de chinos tengan trabajo. Es crítico, vital para el crecimiento del país mantener la situación actual en la que la inmensa mayoría de compañías tecnológicas fabriquen todos sus dispositivos en fábricas instaladas en China, incluso si la mayoría de estas fábricas son propiedad de empresas taiwanesas, una de las razones por las que China también tiene tanta paciencia con Taiwán. Les conviene mantener la situación.
En esta situación, nos enteramos por este artículo de Wayne Ma (lamentablemente tras un muro de pago, vía Daring Fireball) que China ha estado dificultando el envío a India de máquinas especializadas en ciertas tareas en la cadena de ensamblaje del iPhone. Por ejemplo, la máquina que une los marcos de titanio a la parte trasera de la carcasa de aluminio que queda detrás del cristal exterior, aunque hay más, como una máquina que permite poner el iPhone al vacío y comprobar hasta qué punto es resistente al agua. Foxconn ha querido enviar estas máquinas para fabricar las primeras unidades del iPhone 17, que ya se encuentra en fase de pruebas de cara a la segunda mitad de este año. En pocas semanas, deberían empezar a producirse en masa.

Para enviar estas máquinas, es necesario permiso del gobierno chino. ¿Por qué? – eso ya es otra historia, pero lo importante a entender es que estas máquinas también se hacen en China y son difíciles, sino imposible, de conseguir en otros países. Por eso, lo que Apple y Foxconn hicieron, fue crear empresas en el sudeste asiático, en países en los que ya hay algunas fábricas de ensamblaje de dispositivos electrónicos, para no llamar la atención. El objetivo es que estas empresas compren esas máquinas en China, y una vez llegan a ese país, desde ahí se envían a India de manera discreta. Así, las máquinas han llegado a India. Apple y Foxconn han podido incrementar la producción del iPhone gracias a eso, aunque nos imaginamos que ahora que este método es dominio público, en China tomarán medidas, si no lo han hecho ya. Todo esto es difícil de saber fuera de los círculos empresariales implicados pero da una buena idea de hasta qué punto las tensiones políticas son importantes en la producción de dispositivos electrónicos.