Tras los rumores iniciales, Apple ha confirmado una nueva inversión de 100.000 millones de dólares en la manufactura y otros aspectos de su cadena de producción en EEUU, en una nueva apuesta para contentar a Donald Trump y conseguir unos aranceles menos dañinos que los que hubiera tenido de no haber tomado esta decisión.

Esta inversión se añade a la de 500.000 millones de dólares anunciada previamente, dando un total de 600.000 millones de dólares, que son los que el titular de la nota de prensa menciona.
La inversión se distribuye tanto en fábricas propias como la de arriba en donde ya están montando sus propios servidores basados en arquitectura ARM, mucho más eficientes energéticamente hablando, como en otras fábricas de componentes para productos de Apple como en la de Corning, abajo, en donde se fabrica el cristal Gorilla que Apple utiliza en la pantalla del iPhone.


La nota de prensa está plagada con banderas norteamericanas en muchas de las imágenes que han publicado con sus fábricas, dando un toque bastante distópico a ese anuncio que, obviamente, tiene muchísimo de Trump por detrás.
Se espera que con todo esto Apple consiga tener aranceles favorables en EEUU y que por lo tanto el precio del iPhone no se incremente demasiado.

