Desde que Apple anunciara los AirTags, muchas personas alrededor del mundo los han estado utilizando para finalidades para las que no fueron diseñados estos localizadores Bluetooth. Por ejemplo, para encontrar algo borrado, algunos usuarios los dejan escondidos en bicicletas o en sus coches, y otros usuarios los utilizan para seguir personas sin su conocimiento, llegando incluso a modificarlos desconectando el pequeño zumbador que llevan incorporado para que no hagan ruido. Apple los ha diseñado para que emitan un sonido y muestren una alerta en un iPhone que haya cerca si se detecta que se mueven con el usuario y que no pertenecen a su cuenta de Apple. El objetivo es notificar a cualquier persona que un AirTag desconocido está haciendo un seguimiento de su posición. A pesar de todo esto, los malos usos de los AirTags continúan siendo habituales porque hay situaciones en las que es simplemente imposible detectarlos, técnicamente hablando. Esto fue lo que les ocurrió a un grupo de dos turistas que viajaron a Indonesia y cuando llegaron a su alojamiento se dieron cuenta de que alguien había metido un AirTag en una de sus mochilas. Estaba en uno de los bolsillos frontales de la mochila, de los que no tienen cremallera y por lo tanto no se pueden cerrar.
En ese momento, les quedó claro que alguien quería seguirlas, y que sabían dónde estaban alojadas en ese momento. Lo más probable es que les hubieran colado ese AirTag en el Aeropuerto de Bali, cuando llegaron desde Australia. Aunque para deshabilitar el audio de un AirTag basta con cortar un pequeño cable de cobre que no tiene ni siquiera aislamiento, en este caso se trataba de una unidad sin modificación alguna. Las dos chicas utilizan smartphones con Android como sistema operativo, y por lo tanto, no recibieron ninguna notificación o alerta de seguimiento. Simplemente encontraron el AirTag porque escucharon un ruido extraño, que es precisamente para lo que Apple implementó esta funcionalidad de seguridad.
Lo primero que decidieron llegado ese momento, fue cambiar de alojamiento, y para estar seguros se fueron de Amed a Kuta, otra ciudad a tres horas en taxi, a pesar de que ya tenían ocho noches de alojamiento pagadas. Sin embargo continuaron sintiéndose inseguras y decidieron volver a Australia antes de lo previsto de todas maneras. Fuera quien fuera la persona que metió ese AirTag en una de sus mochilas, les estropeó sus vacaciones.
Modificar un AirTag para que deje de hacer ruido es tan sencillo como hacer un pequeño corte en el lugar en el que ese anillo central de color cobre es conecta a la placa base. En este caso no se utilizó algo así, pero si la persona que les metió este AirTag en su mochila lo hubiera hecho, probablemente nunca lo hubieran encontrado. Se podría decir que, después de todo, han tenido bastante suerte.
Vía: 7News.