Hace ya tanto tiempo que Fortnite no está en la App Store, que casi nos hemos olvidado del juego, pero la verdad es que fuera de los jardines de Apple, continúa siendo muy popular. Es probablemente el negocio más rentable de Epic Games, pero ahora lo va a ser un poco menos porque la compañía acaba de ser multada por la FTC (Federal Trade Commission) a pagar 520 millones de dólares por no proteger la privacidad de los niños que juegan a este videojuego.
Concretamente, la multa se divide en dos, porque la FTC acusa a Epic Games de cometer dos irregularidades. La primera, 275 millones por utilizar datos de uso del juego (básicamente, espiarlos) y cuentas de estos niños de manera indebida, y la segunda de 245 millones de dólares por hacer que sea extremadamente fácil comprar cosas virtuales dentro del juego, casi sin querer, pero increíblemente difícil cancelar y devolver el dinero de esas compras. Lo típico, vamos, porque lamentablemente, esta manera de actual no es exclusiva de Epic Games, y está extendida a muchas empresas.
Esta multa es la más grande que la FTC ha cobrado en su historia. La multa anterior más grande fueron 136 millones de dólares a Google por videos dirigidos a un público infantil en su plataforma YouTube, multa que propició un profundo cambio de administración de vídeos dirigidos a niños en todo el mundo.
Es muy probable que los abogados de Apple utilicen este hecho pera defender su posición sobre mantener el control de los pagos in-App dentro de la App Store. Las devoluciones, en este caso, las hacía Apple, ni Epic Games. Los pagos, en este caso, eran mucho más complicados porque requerían del rostro o contraseña del padre o madre propietarios de ese iPhone o iPad, y en cualquier caso, los controles parentales permiten limitar y administrar los intentos de compra dentro de una App para que no haya sustos inesperados a finales de mes.
Todos estos controles son obviados fuera de la App Store, y si bien la libertad es muy bonita cuando la describen en Epic Games, está claro que el objetivo último de todo esto es no pagar comisión a Apple por llegar a sus usuarios y al mismo tiempo poder diseñar pagos integrados en los que uno puede caer, casi sin querer, a poco que tropiece con el botón de compra.
En Apple deben estar descorchando un par de botellas de champán ahora mismo, antes de Navidad.