Hace ya tantas generaciones de iPhone que tenemos acceso a redes de telefonía móvil muy rápidas, que la velocidad a la que se pueden descargar datos empieza a dejar de ser relevante. Existen diferentes versiones de conexiones 2G-GPRS, diferentes versiones de 3G y ahora diferentes versiones de 4G-LTE… y en el futuro, no nos queda duda de que existirán diferentes versiones de 5G. Si a todo esto añadimos el hecho de que a menudo el marketing de las compañías telefónicas es a menudo confuso o directamente falso, tenemos una buena mezcla de tecnologías y términos que hacen que adivinar la velocidad a la que puede conectar nuestro iPhone cuando no hay una red Wi-Fi disponible, sea bastante complicado. Sin embargo, en OpenSignal han tenido la buena idea de comparar las velocidades de descargas de muchos modelos de iPhone, concretamente desde el iPhone 5S en adelante, para que podamos ver gráficamente cómo se ha ido incrementando la velocidad de descarga de datos con cada generación.
Aunque parezca mentira por el tiempo que ha pasado, el iPhone 5S (y el 5 antes del 5S) ya tenía conexión celular LTE, anunciado a menudo como 4G aunque realmente no lo sea, pero eso es otra historia. Como vemos en la gráfica, el iPhone XS o XS Max es literalmente el doble de rápido que el iPhone 5S en velocidades de descarga celulares. Han tenido que pasar cinco años para conseguirlo.
Las mejoras se han conseguido con chips de módem más avanzados y sistemas de antenas mucho más efectivos que antes, que utilizan nuevos materiales o se encuentran en una disposición mejorada dentro del iPhone. El iPhone XS y su antena 4×4 MIMO consiguen gran parte de su mejora de rendimiento gracias a eso. Por supuesto, para poder sacar partido de todas estas mejoras tienes que encontrarte en una zona de buena cobertura y con la posibilidad de conectar a varias antenas al mismo tiempo. De lo contrario, las velocidades de conexión bajan mucho y el iPhone acaba incluso conectando a una red 3G automáticamente, reduciendo muchísimo la velocidad de conexión, pero aún suficiente para poder descargar webs, chatear, hablar por teléfono etc. Las videollamadas vía FaceTime son las más perjudicadas en esa red, bajando mucho la calidad del vídeo. Las descargas de Apps pesadas o visualización de vídeos en Netflix o YouTube también se ve muy mermada con una conexión 3G, mientras que con una 4G apenas podemos notar la diferencia con una red Wi-Fi.