Hoy en día la mayoría de usuarios de iPhone utiliza Buscar mi iPhone para asegurarse de que tienen una oportunidad de encontrar su máquina si se la hurtan. Gracias a esa funcionalidad, es posible bloquear el iPhone y además conocer su localización aproximada siempre y cuando la máquina esté conectada a la red. Esta la principal condición para que el sistema funcione… si se apaga el iPhone sólo veremos su última localización reportada. Esto no puede ser de otra manera porque por Ley no se puede vender un móvil que no se puede apagar, ya que hay situaciones en las que es imperativo poder apagarlo; Por ejemplo, al subir a un Avión o en un hospital. En este artículo os vamos a contar la historia de Sam Sheffer y su iPhone hurtado, que tiene un final feliz, pero que da una lección sobre lo que no hay que hacer en ningún caso.
Sam estaba con su hermano tomando copas y visitando varios bares de Nueva York. Era tarde, más allá de las 3 de la mañana… y tras visitar varios locales, se dió cuenta de que no llevaba su nuevo iPhone 6 Plus con él. Por lo visto, lo había dejado en su bolsillo trasero, algo que ya sabemos que nunca es buena idea con ningún iPhone, no ya por que te puedas olvidar, sentarte y doblarlo, sino también porque es el único bolsillo que no tienes siempre a la vista. Es también el único en el que no puedes enterarte muy bien de lo que tiene, sobre todo si estás en un lugar con mucha gente. El resultado para Sam fue que alguien se hizo con él, o quizás que se le cayó desde ese bolsillo y no se dió cuenta. Quizás, alguien lo encontró, y siguiendo esa idea de si me lo he encontrado, es mío, se lo llevó… o quizás seguía en el suelo. Sam no tenía ni idea.
Cuando Sam se dió cuenta, con sus manos sudorosas por el disgusto utilizó el iPhone 6 de su hermano para descargar la App de Buscar mi iPhone de la App Store, y entró con su cuenta de Apple. Pronto, vió su iPhone en el mapa… todavía estaba en el bar en donde supuestamente lo había perdido. Fue al mismo, y lo buscó bien. Dejó un mensaje en su pantalla pidiendo que llamaran al número de su hermano. No lo encontró. Nadie llamó.
Mientras pulsaba el botón de emitir sonido en el iPhone remoto, no podía escuchar nada, ni ver el flash de la cámara parpadeando. Era un lugar ruidoso, lleno de gente… era imposible. Decidió ponerse en la puerta y preguntar a todos los que salían si habían visto un iPhone en el suelo. Todos contestaron que no. El local se fue quedando vacío y ninguno de los intentos de escuchar la larma de la máquina le permitió encontrarlo. En Buscar mi iPhone, la localización del iPhone bailaba un poco en torno al local. Esto ocurre porque la localización que reporta no es exacta dentro de un edificio. Sam salió fuera para ver si lo veía, y luego de nuevo dentro, desesperado, con el iPhone 6 de su hermano en la mano. Poco a poco, el bar se fue quedando sin gente.
Tras hablar con el responsable del bar, miró el mapa de nuevo y se dió cuenta de que, esta vez sí, el iPhone estaba desplazándose por una calle cercana. Inmediatamente los dos hermanos salieron en su persecución. Pronto encontraron un hombre que parecía coincidir con la dirección y posición que indicaba Buscar mi iPhone. Al ir cerca de él, por detrás, ambos escucharon la alarma que suena cuando se pulsa el botón correspondiente en la App de Buscar mi iPhone. Ese hombre tenía su iPhone 6 Plus.
Tras andar detrás de él un tiempo, el hombre se dió cuenta de que le seguían y se detuvo. En este momento, los dos hermanos se encararon con él. Sam dijo;
¡Qué bien que has encontrado mi iPhone perdido! ¡Qué suerte tengo!
… todo con una gran sonrisa. Obviamente nunca es buena idea acusar a alguien de hurto si no sabes lo que ha pasado exactamente. El nombre, sin decir una sola palabra, sacó el iPhone 6 Plus de su chaqueta y se lo devolvió. Sam había recuperado la máquina.
Como habían bebido y además era más allá de las 4 de la mañana, incluso se quedaron un rato charlando con el hombre en la acera. No hubo acusaciones, ni intervino la policía. Ahí terminó la historia. Es un final feliz, sí, pero también un ejemplo de lo que no hay que hacer. Nunca hay que encararse con el supuesto ladrón de tu iPhone. En el caso de Sam, tuvo suerte, pero ese hombre podría haber sacado un arma de su chaqueta en lugar del iPhone o podría haber atacado a los hermanos de cualquier otra manera… quizás podría haber salido corriendo y, en la persecución, ser atropellado. No merece la pena nada de esto. Si encuentras tu iPhone con Buscar mi iPhone, entrega la posición a la policía y deja que hagan su trabajo. Pero no te la juegues con alguien potencialmente peligroso. Es sólo un móvil. Un móvil caro, sí, pero mucho más barato que tu propia salud.
La nota de humor del final de esta historia fueron los 278 emails que Apple envió a Sam avisando de que el tono de alarma había sonado en su iPhone tal y como había solicitado durante los 50 minutos que buscó la máquina. Serán un buen recordatorio para él.
Vía: The Verge.
A lo mejor te sacan una katana debajo de la gabardina en ved de el iPhone… Demasiado exagerado el no encararse, pero hay que ser coherente con la situación. Si el tipo te saca dos cabezas y tres cuerpos y tiene pinta de llevar 4 años en la cárcel, no te encares. Si no crees poder recuperar lo de una forma en la que no salgas perjudicado pues xD
Hola, vivo en NY y soy seguidor de su pagina desde el 2008, aunque hasta ahora no habia dejado ningun comentario…solo escribo para animarlos a segur adelante y personalmente creo que este articulo es muy util, ya que cuando nos pasa un caso como este, en el que perdemos o nos roban una maquina tan cara, como es el iphone 6 plus, es facil dejarse llevar por la emocion del momento y tomar axiones que no son las mejores…
@Emmanuel ¡Gracias por leernos! ciertamente cuando uno está "en caliente" ante la pérdida de su iPhone no se puede razonar mucho pero en frío lo más razonable es dejar estas cosas a la policía que para eso están.