Hace unas pocas semanas hablamos de Perpetuall, una aplicación que, una vez instalada en nuestro iPhone, se encarga de mantener al día toda nuestra agenda de teléfonos. Cualquier cambio que detecte en uno de nuestros contactos (siempre y cuando ellos también sean usuarios del sistema) se actualizará de forma automática. Además, guardará una copia de seguridad de la agenda. Todo ello, por supuesto, con la mayor transparencia posible de cara al usuario para garantizar la privacidad de sus datos. Y lo mejor: sin convertirse en la típica aplicación que tienes que estar mirando constantemente. Perpetuall se instala, se configura una vez y ella sola se encarga de hacer su trabajo.
La idea nos pareció tan interesante que les propusimos realizar una entrevista para que nos contasen su experiencia, cómo se está comportando la aplicación a nivel de descargas y cuáles son sus planes de cara al futuro. Aceptaron encantados. Al final, el tradicional formato de pregunta y respuesta se transformó en una charla informal de lo más entretenida.
Nada más llegar a sus oficinas conocimos a los cuatro integrantes del equipo: Carlos, Jonan, Ander y Christian (el último en incorporarse). Nos sorprendió el buen ambiente y, sobre todo, su sencillez. En un mundillo en el que cualquiera se autodenomina CEO (aunque haya hecho una web), gurú o experto en miles de tecnologías, encontrarte con un grupo así la verdad es que se agradece.
En la que ellos denominan su sala para pensar nos sentamos a charlar sobre Perpetuall, empezando la charla preguntándoles por el origen de la idea. Según cuentan, todo surgió como un experimento, un intento de dar un enfoque a una aplicación tan estándar y consolidada como la agenda del teléfono, de la que lo único que esperan los usuarios es que funcione.
Perpetuall, como decimos, nació con la idea de experimentar. Pero, para hacerlo creíble había que estar en el mayor número posible de dispositivos. Por eso, desde el principio tuvieron claro que la aplicación tenía que estar en las dos plataformas más extendidas: iOS y Android (en el futuro también habrá versión para Windows Phone). Lo que empezó siendo un desarrollo prácticamente unificado (con mucho componente web) que se iría adaptando posteriormente, va camino de convertirse en dos aplicaciones nativas para estos sistemas. La única forma, tal y como aseguran, de ofrecer el mejor rendimiento en cada plataforma, aunque manteniendo, eso sí, las mismas funcionalidades.
El trabajo de desarrollo se inició en agosto y en diciembre se lanzó la aplicación en la App Store. En poco más de un mes ya han superado las 4.000 descargas y las valoraciones son muy positivas. Aún así, el equipo se encarga de resolver las dudas (y las quejas, que alguna también ha habido) de los usuarios descontentos porque la aplicación intenta acceder a determinadas funciones del teléfono como los contactos (lógico, por otra parte), el Bluetooth (para usar por ejemplo, auriculares inalámbricos) o el GPS (para localizar el país en el que está ubicado el usuario y determinar así el código del móvil al que hay que mandar el SMS de activación de la aplicación). Precisamente con este SMS para determinados países ha sido una de las funciones que más problemas les ha dado en los últimos días.
Una de lo factores que pueden determinar el éxito de Perpetuall es su sencillez y que el usuario no tenga que estar pendiente constantemente del dispositivo. Según una encuesta realizada por la Fundación Telefónica, los españoles consultamos el móvil una media de 150 veces al día. Los responsables de Perpetuall no quieren que su aplicación se convierta en otro motivo de dependencia del dispositivo. Y no lo es. La app se instala, se configura y ella sola se encarga de hacer su trabajo.
Una vez superado con éxito el primer hito de Perpetuall con su lanzamiento en la App Store y Google Play, llega el momento de pensar en el futuro. Y eso pasa por la búsqueda de grandes inversores. Hasta ahora han podido poner todo esto en marcha gracias a la participación de pequeños inversores (los conocidos como business angels), pero para seguir creciendo hay que contar con más ayudas. Es en lo que están ahora, con rondas de presentación a diferentes inversores y negociando su posible participación.
El modelo a seguir de toda nueva empresa tecnológica es, inevitablemente, las start-up estadounidenses con sede en Silicon Valley. Aquí, evidentemente, la situación es muy distinta. Los inversores arriesgan menos. Otra opción es llamar a la puerta de las instituciones oficiales, aunque ese camino es diferente en función de la Comunidad Autónoma en la que esté ubicada la empresa.
No menos importante que las rondas de financiación es el networking, establecer contactos con posibles inversores o con personas que sean capaces de poner a una empresa de moda simplemente con un comentario o una mención en el lugar adecuado. Para ello ha sido muy importante LeWeb, una conferencia internacional celebrada en Paría el pasado mes de diciembre y en el que Perpetuall pudo estar presente. Una buena experiencia para conocer de cerca a algunas de las personas más influyentes en el mundo de las start-ups.
En este punto es importante saber qué planes tiene la compañía para monetizar su aplicación. La respuesta que nos dieron fue realmente interesante. El primer objetivo es ampliar la base instalada. Posteriormente llegará la forma de empezar a ingresar dinero por la aplicación. Sin embargo, no será como en otras aplicaciones freemium, donde la funcionalidad gratuita es muy reducida y la experiencia buena de usuario se consigue en base a compras inApp. La intención de Perpetuall es que todas las características estén disponibles en la versión gratuita, aunque con pequeños pagos se podrá mejorar el comportamiento de éstas (por ejemplo, automatizando procesos, etc).
En cuanto al crecimiento del equipo, éste vendrá, sin duda, determinado por el éxito de la propia aplicación. Por ahora ellos cuatro se encargan de todo: desarrollo, interfaces, gráficos, incluso el diseño de la web (un componente sobre el que, por cierto, hubo más de una broma durante la charla).
Perpetuall es su proyecto y a él se dedican por completo. Eso hace que no haya horarios (hay flexibilidad para llegar más tarde si un día no te encuentras bien, pero también para tirarte todo un sábado picando código si es necesario). Sobre todo ahora, al principio, cuando es importante poder ofrecer una aplicación fiable, efectiva y funcionalmente atractiva.
Y así les dejamos. Corrigiendo código, pensando en nuevas funcionalidades y, sobre todo, poniendo mucha ilusión en lo que hacen.
Gracias a Carlos, Jonan, Ander y Christian por el tiempo dedicado. ¡Mucha suerte en esta aventura!
(Y no, no nos hemos equivocado. Son cuatro. En las imágenes falta Carlos, el fotógrafo “oficial” del grupo)