Llevamos ya bastante tiempo viendo indicios de una solapa o pestaña más pequeña en la parte superior del próximo modelo de iPhone, recolocando alguno de sus componentes, como por ejemplo el auricular o altavoz (en función de si hay algo cerca del mismo o no, diferenciado por el sensor de proximidad), colocado justo en el borde del terminal.
Sin embargo, además de eso, podría haber otras mejoras en el resto de sensores TrueDepth colocados en ese lugar, e imprescindibles para conseguir que Face ID o los Memoji funcionen; Se trata de hacer el sensor de la cámara de Face ID, la que es sensible a la luz infrarroja, más pequeño.
Un sensor más pequeño para esa cámara especializada en ver cómo se proyecta la luz infrarroja que emite el VCSEL permitiría colocar los componentes más cerca y así ayudar a ahorrar espacio. Además de eso, permitiría fabricar más sensores por oblea, ya que se fabrican en una lámina circular en la que se incluyen tantos como sea posible, y cuanto más pequeños sean, más cantidad puede haber en cada una de esas obleas, reduciendo así el coste de fabricación, de una manera similar (aunque con una serie de pasos muy diferentes a la hora de construir las pistas conductivas y cada uno de los pixeles que recibirán la luz) a como ocurre con las obleas de los chips.
Según cuentan en Digitimes, el objetivo es reducir el tamaño de este componente entre un 40 y un 50%, es decir, hacerlo la mitad de grande, algo que reduciría su área en cuatro veces. El objetivo de este sensor es conseguir identificar el rostro de una persona, y por lo tanto, cuanto más pequeño pueda fabricarse sin perder efectividad, mejor. No es como el CCD de una cámara de fotos, en el que el tamaño influye directamente sobre la cantidad de luz recibida y por lo tanto en la calidad de la imagen. En este sensor para Face ID, lo que se busca es poder reconocer un rostro con la misma efectividad, haciendo el componente lo más pequeño posible.