Ahora que el lema que los gobiernos de medio planeta es #mequedoencasa debido a la enfermedad COVID-19, parece que algunos están recurriendo a los datos que es posible obtener de la utilización de los smartphones de millones de personas para determinar si, efectivamente, esas personas se están quedando en casa… o no.
Se trata, concretamente, de los datos de geolocalización de muchos usuarios que, independientemente del smartphone que utilicen, visitan páginas web con publicidad. Esos anuncios, proveen datos anónimos y aproximados de localización de muchos usuarios, y ahora el gobierno de EEUU está utilizando esos datos para determinar, por ejemplo, si hay mucha gente reunida en Central Park de Nueva York, y enviar a la policía para pedir a la gente que vuelva a sus casas.
Estos datos son completamente anónimos y por esa razón no pueden determinar si una persona concreta está fuera de casa o no. También son aproximados, y sólo indican la posición de un smartphone en un radio de varios cientos de metros en el mejor de los casos, porque a menudo se trata de varios kilómetros. Esta posición, la determina el sistema de triangulación de antenas de telefonía móvil a las que conectan todos los smartphones para funcionar, recibir llamadas o datos cuando no están conectados a una red Wi-Fi.
Sin duda, estos tiempos nos están enseñando que cada día estamos más cerca de ese 1984 que Apple rechazaba en su famoso anuncio dirigido por Ridley Scott el mismo año que su nombre, hecho para presentar el Macintosh 128K y basado en la novela Gran Hermano de George Orwell, en la que se describe un futuro distópico gobernado por un Gran Hermano.
El dato de la utilización de esos datos geocalizados se ha publidado en el Wall Street Journal, y cita a fuentes relacionadas con estos trabajos de seguimiento, que no han sido identificadas.