Una de las cosas que llaman la atención de la miríada de relojes inteligentes que hay disponibles hoy en día en cualquier tienda, es que si bien pueden recibir ciertas notificaciones de un iPhone, a menudo fallan o simplemente no llegan nunca. La razón es bastante compleja pero resumiendo mucho la situación, ocurre porque la integración de iOS con esos relojes funciona a nivel de aplicación. Sólo cuando la aplicación de ese fabricante está funcionando se establece la comunicación con el reloj y eso permite enviar ciertas notificaciones. En el caso del Apple Watch esto no ocurre porque se conecta directamente a nivel de sistema operativo, y por lo tanto, tiene acceso al sistema de notificaciones, que envía toda esa información al reloj indistintamente de las Apps que estén funcionando. Esta es precisamente la integración que la Unión Europea fuerza a Apple a dar a otros fabricantes, y eso es exactamente lo que llegará con iOS 26.3.
En el Wall Street Journal recogen declaraciones de la Comisión Europea en las que ellos mismos se atribuyen haber obligado a Apple facilitar el mismo nivel de integración para las notificaciones en relojes de terceros.
No sólo eso, sino también el hecho de que en el futuro bastará con poner un smartphone Android al lado de un nuevo iPhone para pasarse ahí o al revés, desde un iPhone antiguo a un nuevo smartphone Android, es gracias precisamente a la apertura obligada de iOS en el emparejamiento y detección de otros dispositivos de marcas ajenas, generalmente funcionando con una versión de Android. Así, no será necesario utilizar ninguna App para pasar los datos y bastará con poner los terminales uno al lado del otro como se puede hacer desde hace muchos años con dos iPhones.
Lo cierto es que tanto Google como Apple parecen estar colaborando en esa transferencia de datos fácil entre cada uno de sus sistemas operativos, pero podría ser esta apertura de los métodos de comunicación con otros dispositivos ajenos que tendrá iOS 26.3 lo que quizás haya propiciado ese acercamiento.
