Estos días es noticia de nuevo, felizmente, Pebble, aquella empresa nacida a partir de uno de los primeros proyectos de Kickstarter que fue realmente exitoso. Diseñaban relojes inteligentes con pantalla de tinta electrónica antes de que Apple presentara su Apple Watch. De hecho, fuimos uno de los primeros medios en probarlo.

Ahora, renacen con rePebble, una web de estilo pixel art que es todo amor.
Tras ser comprados por Fitbit, estos pasaron a ser comprados por Google tan sólo dos años después, y como resultado, Pebble y toda su IP acabó en manos del gran buscador. Con el paso del tiempo, Eric Migicovsky, el fundador de Pebble, pidió a Google que liberaran el código del sistema operativo de estos relojes que la empresa que vendió hizo, PebbleOS, y Google accedió.
Ahora, gracias a eso, su nueva empresa relanza relojes con el estilo de Pebble, llamados Core 2 Duo y Core Time 2, utilizando también este sistema operativo. El Core 2 Duo es literalmente un Pebble 2, la evolución del primer Pebble. Por supuesto, pueden utilizar las más de 10.000 Apps para Pebble que existen, es directamente compatible.

Hasta aquí todo parecería una bonita historia del resurgimiento de una muy buena idea, porque las pantallas de tinta electrónica mantienen lo que muestran sin consumo energético de ningún tipo y eso permite que estos Core 2 Duo y Core Time 2 puedan estar un mes sin ser cargados. Auténtica ciencia ficción para relojes como el Apple Watch. Sin embargo, esta historia tiene su lado amargo, y es ver cómo Apple impide que empresas como Pebble, o cualquier otra, puedan hacer un reloj inteligente que pueda competir en igualdad de condiciones con el Apple Watch. Es imposible por todas estas razones que Migicovsky cuenta en su blog.
- Apple no habilita ningún método para que los mensajes SMS o de iMessage, lleguen a un reloj que no sea el Apple Watch.
- Las acciones sobre notificaciones, como por ejemplo contestar a un mensaje de WhatsApp, no están disponibles para relojes de terceros, sólo para el Apple Watch.
- Apple no establece métodos para que las Apps interactúen con la App de Pebble, para, por ejemplo, conectar directamente con sus relojes.
- Si la App de Pebble está cerrada, bien porque el usuario la ha cerrado (matado con el típico deslizamiento hacia arriba) o porque iOS la cierra para liberar memoria RAM, el reloj se queda desconectado del iPhone. No volverá a estarlo hasta que se abra la App de nuevo.
- Apple no ha establecido una manera de saber si el usuario ha desbloqueado su iPhone y lo está utilizando, y por lo tanto, si llega una notificación, vibran o suenan tanto el iPhone como el reloj con PebbleOS, incluso si el usuario está utilizando su iPhone. Esto no ocurre en el Apple Watch, que sólo vibra o suena cuando el usuario no está utilizando el iPhone. Apple, simplemente, no ofrece esto a otros fabricantes de relojes.
- Tener que publicar la App en la App Store de Apple les ha dado muchos problemas en el pasado, con revisiones de actualizaciones que tardaban meses en salir adelante simplemente porque dieron con un revisor especialmente meticuloso.
- Apple no permite tener una tienda de diseños de relojes dentro de la App de Pebble, e incluso si eso fuera posible, cobrarían una comisión que probablemente harían inviable una tienda de complicaciones o diseños de relojes para los Pebble.
- Apple obliga a que cualquier código descargable en una App de terceros sea sólo JavaScript. Esto complicó mucho la vida a los chicos de Pebble hace más de diez años, y esta regla sigue vigente hoy en día. Tuvieron que crear un compilador de código dentro de la propia App para poder enviar código nuevo al reloj.
Resumiendo, para un fabricante de relojes que se conecten a un smartphone, es simplemente imposible competir con el Apple Watch. Apple, por supuesto, está en su derecho. Son sus productos, y si a otro desarrollador o fabricante de relojes no les gusta, siempre está en su derecho de crear un nuevo sistema operativo para smartphones, diseñar y fabricar también los smartphones y hacerlos tremendamente populares para que cientos de millones de personas alrededor del mundo los compren. Apple ha hecho eso y mucho más, y por lo tanto puede hacer lo que quiera con sus productos, al tiempo que Migicovsky es libre de hacer lo mismo. Pensamos que no tiene derecho a Apple a pedirle nada, pero también es probable que la Comisión Europea, preocupada de que los gatekeepers (empresas que controlan una porción muy grande de un mercado o industria) permitan competir a otras empresas, tenga algo que decir sobre todo esto. Migicovsky ya ha anunciado que intentará ir por ese camino. A ver si, con algo de suerte, consigue torcer el brazo de Apple para conseguir mejor integración de sus relojes con el iPhone. Así, los usuarios de iOS tendríamos alternativas más válidas y mejor integradas si no deseamos comprar un Apple Watch.