La Comisión Europea ha anunciado sus reglas, más en detalle, que obligan a Apple entre otras cosas a permitir el acceso completo y en igualdad de condiciones a las diferentes funcionalidades del iPhone a otras empresas. Ayer os contamos cómo rePebble no podía diseñar y fabricar un reloj que tuviera el mismo nivel de integración con un iPhone que el Apple Watch porque Apple simplemente no lo permite. Pues bien, esta nueva regulación obliga a Apple a permitir precisamente esto.
Es precisamente la española Teresa Ribera (entre otros) la que ha dado salida a esta decisión que pone aún más presión en el negocio de Apple en la Unión Europea. Por supuesto, en Cupertino no están de acuerdo y dicen que ya han creado más de 250.000 APIs para que desarrolladores externos a la compañía diseñen y creen servicios y dispositivos para el iPhone. Es un dato interesante pero que busca esconder las limitaciones, elegidas a dedo por la propia Apple, que limitan la competitividad. Por ejemplo, poder contestar a una notificación de un mensaje desde un reloj inteligente que no sea un Watch. O, por ejemplo, que los nuevos rePebble puedan conectar con un iPhone aunque su App no esté abierta, como hace el Apple Watch. Apple simplemente calla sobre estas limitaciones, porque, obviamente, quieren proteger su negocio.
Muchos pueden pensar que esto es incluso legítimo. Ellos han diseñado, fabricado y promocionado el iPhone desde el año 2007, creando un enorme negocio alrededor del mundo en el que han tenido que invertir una cantidad ingente de dinero, aunque también es cierto que han tenido muchos más beneficios que nunca antes en su historia. No es nada fácil conseguirlo. Sin embargo, en la Comisión Europea no creen que sea lícito limitar el acceso a absolutamente todas las funcionalidades del iPhone a otras empresas, y obligan a Apple a ceder si quieren seguir haciendo negocios en un mercado con casi 450 millones de personas que viven en la Unión Europea.

Nosotros sólo pedimos a Apple que no pongan la seguridad o privacidad de los usuarios como excusa para no abrir todas las funcionalidades de iOS o el iPhone a terceras empresas. Que digan lo que es, que es su negocio y que quieren protegerlo. Entonces, perfecto, serán los usuarios los que elijan qué es lo que mejor les parece. Es así de sencillo. Intentar rebatir la regulación de la Comisión Europea argumentando que esta regulación les ata las manos y que tienen que regalar sus innovaciones a otras compañías (según declaran en MacRumors) y que intentarán continuar negociando con la Comisión para ayudarles a entender sus preocupaciones por sus usuarios, es pura hipocresía. No son los usuarios lo que le preocupa a Apple, sino tener que invertir dinero en desarrollar nuevas funcionalidades que luego podrán utilizar otras empresas competidoras gratuitamente. Tendrán que competir contra ellos en condiciones que, desde su punto de vista, son injustas. En ese sentido, sí podemos entender lo que piensan en Apple.