Una de las pocas cosas buenas que trajo la pandemia de Covid fue que las ventas de ordenadores, sobre todo portátiles, se dispararon hasta límites insospechados. Ocurrió además tras llevar unos cuantos años de desaceleración de todo este mercado, porque desde hace tiempo, no es necesario actualizar los ordenadores tan rápidamente como antes. Un ordenador portátil de hace 5 o 6 años es perfectamente válido para trabajar hoy en día. Office, Teams, navegación web, juegos que no sean muy exigentes con el 3D (que hay muchos y muy buenos) funcionan perfectamente en un ordenador del año 2017, por ejemplo. Esto es algo que no se podía decir en la primera década de este siglo, pero que ahora es bastante habitual.
Sin embargo la pandemia nos encerró a muchos en casa y eso hizo que muchos necesitaran un primer portátil o simplemente un modelo mejor. Esto disparó las ventas de este tipo de máquinas hasta agotarlas en prácticamente todas las tiendas. Los fabricantes, molestados además por las restricciones de la pandemia, no podían fabricarlos más rápidamente y por eso de las tiendas salían a cuentagotas. La propia Apple tuvo problemas de distribución y fabricación también, que poco a poco fue solucionando para dar solución a la enorme demanda que existía de nuevos portátiles.
Para hacer las cosas más complicadas, todo esto ocurrió justo cuando Apple se preparaba para dar el salto de arquitectura x86 a ARM en los procesadores de sus Macs. Es el componente más importante, y era todo un reto también convencer a todos de que sus chips eran más rápidos y eficientes que los de Intel. El MacBook Pro de 13 pulgadas con M1 se vendió como si no hubiera un mañana, y luego se vendieron mucho también el resto de Macs que poco a poco Apple fue migrando a sus propios procesadores. El resultado fue una importante subida en ventas que duró varios años, pero que ahora que ya no hay crisis sanitaria, ha dado como resultado una bajada en ventas (también en PCs) muy pronunciada. Todo el mundo tiene ya su portátil y además de eso, al poder utilizarlos durante más años, no parece que vaya a haber ninguna subida de demanda en años venideros.
El resultado es una bajada del 34% en la venta de Macs en el trimestre de julio, agosto y septiembre de 2023, comparando con el mismo trimestre de 2022, según se ha podido saber en la declaración de resultados financieros que Apple ofreció ayer.
Muchos achacan esta bajada de precios al M2, que podría no haber sido especialmente atractivo para los usuarios interesados en comprar Macs por no ofrecer una subida de velocidad especialmente interesante respecto al M1. Aunque el salto del M2 al M3 puede ser muy interesante en las versiones más potentes de cada chip, Apple espera ahora que el M3, presentado al mercado antes de lo esperado y además con tres versiones (normal, Pro y Max) simultáneamente, sirva para animar las ventas de Macs en este fin de año 2023, de cara a la Navidad, tradicionalmente el período de más ventas del año. Este lanzamiento y mini-presentación de los nuevos MacBook Pro con M3 y el nuevo iMac con M3, están obviamente motivados por este período de ventas.