Uno de los sensores biométricos que más esfuerzo le está costando desarrollar a Apple, es el de glucosa en sangre. Saber ese dato sin necesidad de pincharse, que es lo que permitirá a los usuarios hacer un seguimiento de su nivel de glucosa en sangre y recibir alertas cuando superen los umbrales que se consideren peligrosos. Esto, para personas diabéticas, es imprescindible.
Mark Gurman nos cuenta en Bloomberg que Apple ha entrado en la fase de verificación de diseño de este sensor que realiza un análisis espectroscópico con una luz láser bajo la piel del usuario para determinar la concentración de glucosa en sangre. Ahora, en este nuevo paso del desarrollo, el objetivo es conseguir meter este sensor en un Apple Watch, con un tamaño más reducido. Según parece, el prototipo actual tiene el tamaño de un iPhone. Por eso, aún estamos a varios años vista de conseguir ver esto en un reloj.
Cuando este sensor llegue al Apple Watch, el reloj podrá medir saturación (oxígeno), ritmo cardíaco y glucosa en sangre periódicamente, y alertar cuando cualquiera de estos parámetros se salga de lo normal. Quizás se añada también un sensor de temperatura corporal. Todos estos parámetros, especialmente el de nivel de glucosa, pueden avisar a una persona cuando es pre-diabético para que cambie sus hábitos y así alargar en el tiempo ese posible cambio en su cuerpo.
Apple emplea actualmente cientos de millones de dólares en investigación y desarrollo de este tipo de sensores para futuras versiones del Apple Watch. En esta ocasión, TSMC ha desarrollado el chip principal encargado de hacer funcionar este prototipo.