En la Unión Europea se están proponiendo nuevos mandatos que obligarían a los fabricantes de smartphones a proveer piezas clave en las reparaciones de los mismos durante al menos 5 años, con el objetivo de reducir el ciclo de actualización de un smartphone y que puedan ser útiles durante al menos cinco años. Si esto se cumpliera, la mejora medioambiental equivalente sería similar a retirar cinco millones de vehículos de motor de las carreteras.
Están planeando tener una lista de 15 componentes que consideran clave en un smartphone, como la bandeja de la tarjeta SIM, la carcasa trasera, la batería o la pantalla, entre otros, que son precisamente las piezas que más a menudo se reparan en un smartphone con problemas.
También proponen que una batería alcance los 500 ciclos de carga y descarga sin perder más del 17% de su capacidad original de carga. Está bien que fijen un baremo así, pero es de imaginar que esto depende mucho de la tecnología de baterías utilizada actualmente, y de que se puedan fabricar baterías que cumplan con estas especificaciones, bastante exigentes.
El objetivo con todo esto es conseguir reducir el volumen de basura electrónica y el ritmo de compra de nuevos dispositivos a lo largo de los años, con la meta final de intentar reducir el impacto medioambiental que produce la fabricación de estos dispositivos. No sabemos si todo esto se conseguirá, pero junto a otras regulaciones como obligar a todos los fabricantes a utilizar puertos USB-C parece bastante probable que la presión regulatoria de muchos gobiernos sobre fabricante como Apple, va a aumentar considerablemente en años venideros.
Vía: Engadget.