El videoclub en internet de Apple

Como todos sabeis, iTunes es el servicio más popular de descarga de música, y todo parece indicar que Apple se está preparando para ocupar el mismo puesto en el mercado de las descargas de video. Hasta ahora, estamos acostumbrados a ir al Videoclub y alquilar la película que nos guste, para ir a devolverla a los pocos días; Dentro de poco, todo esto lo haremos por la red, para ver en nuestro televisor vía dispositivos como el Apple TV, iPhones, iPod Touchs y ordenadores personales. Olvidaros de la famosa guerra del Bluray y HD DVD, el formato físico en plástico como medio de transporte o transmisión de video tiene los días contados. Apple lo sabe, y iTunes es la piedra angular en donde todos estos servicios y sus dispositivos confluyen.

Según leemos en Financial Times, Apple ha llegado a un acuerdo con News Corp (es decir, 20th Century Fox) para distribuir video bajo demanda en una manera que, según ellos, cambiará para siempre la industria del cine casero. Según dicen, el servicio se lanzará en la MacWorld Expo del 15 de Enero. Según dicen, consistirá en la descarga completa de los DVDs de Fox, que podrán ser visualizados durante una cantidad de tiempo determinada, tras la cual serán eliminados automáticamente. Se especula con precios de unos dos euros y medio por película, que podría ser visualizada durante un mes. Sin duda, un precio muy razonable (en EEUU, habría que ver a qué precio se vende en Europa). El trato con Fox incluye la inclusión de esta versión ‘caducable’ del video en cada disco vendido en tiendas, de manera que sea posible copiarlo en tu iPhone para ser visualizado, legalmente y con las mismas restricciones que si lo hubieras comprado en la iTunes Store por internet. Este movimiento, si se confirma y otras distribuidoras de cine se unen, posicionaría el iPhone como un referente en la industria del cine, como ya lo es en la industria de las telecomunicaciones. Con más de cinco millones de iPhones vendidos, la plataforma de reproducción de video de Apple es sin duda la más atractiva para las distribuidoras, todavía reticentes a trabajar en los mercados digitales en los que se están viendo engullidas.