Probablemente habrás visto esta imagen en todos los medios de comunicación en los últimos días. Se trata de la primera representación de un agujero negro que la humanidad ha sido capaz de conseguir, aunque no fotografiar como dicen en muchos lugares, porque en realidad, se trata de una imagen generada por ordenador utilizando, eso sí, datos reales de una serie de radiotelescopios repartidos por el planeta. Sería más correcto decir radiografiado. El agujero negro en sí, obviamente, no se puede ver, pero todo el plasma que hay a su alrededor, sí.
Esta primera imagen de la historia que muestra la sombra del agujero negro supermasivo en el centro de la galaxia Messier 87 (M87) a 55 millones de años luz de la Tierra es, sin duda, todo un hito astronómico y un gran paso adelante para comprender cómo funcionan este tipo de fenómenos. Para poder conseguirla, se han tenido que utilizar un buen número de discos duros de alta capacidad cargados con nada menos que 5 petabytes de datos. Es una cantidad de datos difícil de comprender. Es tanta, de hecho, que no se utilizó Internet para enviar esos datos a EEUU, en donde se utilizaron para conseguir esta imagen. Se utilizaron media tonelada de discos duros enviados por avión, un método mucho más rápido que si se hubieran simplemente transferido los datos vía Internet.
Si te preguntas qué tiene que ver todo esto con Apple, la respuesta la tienes en esta foto de aquí abajo. Katie Bouman, la artífice del algoritmo que pudo utilizar todos esos datos para crear es imagen, ha utilizado un Mac para procesarlos. Parte del equipo, detrás, también parecen utilizar todos un MacBook. Ella misma ha compartido la foto en su Facebook.
Es curioso ver cómo ninguno de esos MacBooks es alguno de los nuevos modelos con el polémico nuevo teclado que tantos dolores de cabeza está dando a muchos usuarios, y que han echado a perder la reputación de los MacBooks en los últimos años.
Es conveniente dejar claro que esos MacBooks no se utilizaron para procesar directamente los 5 petabytes de datos de esos discos duros. Fueron los terminales de control remoto de un súper ordenador gestionado por el Instituto Max Planck, pero al menos sí que se puede decir que la programación, gestión, cambios en el código, repetición de pruebas, documentación, y todo lo demás que ha permitido conseguir la imagen de ese anillo, sí que se ha realizado en esos MacBooks. No deja de ser una curiosidad, porque se podrían haber utilizado otros equipos, sobre todo con Linux instalado ya que tienen herramientas de este tipo muy similares, pero el equipo de investigación se ha decantado por esos MacBooks con macOS instalado.
Si quieres ver a Katie explicando cómo varios radiotelescopios alrededor del planeta han sido utilizados para conseguir esa histórica imagen, aquí tienes este TED Talk en donde lo explica.