Todos sabemos que Apple es una de esas pocas compañías que existen en el mundo en el que cada pequeño detalle, por insignificante que pueda parecer, importa mucho. Ahora, esa obsesión que tienen por el diseño en todo lo que hacen parece haber sido la razón por la que la construcción de sus nuevas oficinas centrales, la famosa nave espacial del Campus 2, se ha retrasado.
Según nos cuentan en Reuters tras entrevistar a varias personas que han trabajado o están trabajando en este proyecto de construcción que le está costando a Apple más de 5000 millones de dólares, en muchas ocasiones se han intentado aplicar a la construcción de este edificio ciertos diseños que si bien es posible realizarlos en un dispositivo electrónico, son casi imposibles de conseguir en la construcción de un edificio, en donde la magnitud y márgenes de error con los que se trabajan son totalmente diferentes. Por ejemplo, los directores del proyecto en Apple se han preocupado por conseguir detalles como el radio de curvatura de algunas esquinas, que tiene que ser el mismo que tienen algunos de los aparatos que fabrican. De hecho, exigen que los márgenes de error en la construcción del edificio sean similares a los que se utilizan, por ejemplo, en un iPhone… una auténtica locura para cualquier arquitecto u obrero que se atreva a intentar conseguir algo así. Imagínate una puerta que al abrir hace un pequeño ruido, o roza muy ligeramente con el suelo… ese tipo de cosas, simplemente no se permiten.
Tampoco permiten que se vean tuberías o conductos de ventilación de ningún tipo, y algunas de sus explicaciones sobre cómo tratar materiales como la madera a lo largo y ancho del edificio, las llevan escritas en decenas de páginas en un manual. Para la manilla de las puertas, parece que llevan más de un año decidiendo su diseño… está claro que Apple no quiere que sus nuevas oficinas sean un edificio cualquiera, sino uno realmente singular y especial, en donde absolutamente todo tenga una razón de ser. No sorprende viniendo de una empresa como Apple, que vive ahora mismo sobre una montaña de casi 250.000 millones de dólares en efectivo. 5000 millones de dólares no es más que una parte muy pequeña de ese tesoro que han conseguido amasar principalmente gracias al éxito del iPhone.
Nos quedamos con un comentario de la profesora Louise Mozingo, una de las personas involucradoas en este proyecto;
No se trata de maximizar la productividad del espacio de oficina, esto va más con crear un centro simbólico para esta compañía global. Están creando un ícono.
Se puede decir más alto, pero no más claro.