Apple ha publicado hoy una nota de prensa en la que da a conocer múltiples proyectos de granjas solares a lo largo y ancho del viejo continente europeo, incluyendo una nueva y enorme planta de generación eléctrica con placas solares cerca de Segovia, llamada Castaño, justo la que vemos en esta imagen.

Se trata de una planta fotovoltaica de nada menos que 131 megavatios, desarrollada junto a la empresa alemana ib vogt GmbH. Es simplemente enorme, y además anuncian su colaboración en esta planta en unos días en los que se cuestiona no ya la energía renovable sino el equilibrio entre las centrales de generación eléctrica con inercia (presas, centrales nucleares y de ciclo combinado) y sin ella (plantas fotovoltaicas o aerogeneradores principalmente). Es un momento cuanto menos interesante para anunciar la participación en una nueva planta de este enorme tamaño.
Además de ese proyecto en España Apple da a conocer otros similares, todos enormes plantas fotovoltaicas en países como Grecia, Polonia, Letonia, Italia o Rumanía. Todas juntas suponen 650 megavatios de potencia. De todas estas plantas, la española Castaño es la más grande.
Apple explica en la nota de prensa que de todas las emisiones CO2 que la actividad de Apple genera, el 29% se produce por la energía que hace falta para cargar sus productos. Por eso intentan compensar esas emisiones con estas plantas fotovoltaicas que, se supone, generan una electricidad que no hay que generar con medios más sucios y por lo tanto se dejan de emitir muchas toneladas de emisiones, que, se supone, es lo que compensan sus propias emisiones.
Es todo un poco extraño porque la carga de sus productos puede estar haciéndose también con fuentes de generación eléctrica limpia (plantas hidroeléctricas, solares o eólicas) y porque por otro lado las emisiones de CO2 de Apple no desaparecen de la atmósfera como por arte de magia. Con un proyecto de reforestación al menos pueden decir que esos árboles absorven CO2 de la atmósfera, pero con una planta de generación fotovoltaica, no, aunque, eso sí, fomentan que no se genere electricidad de otras maneras más sucias.
En resumen, está muy bien que en Apple se dediquen a invertir tiempo y esfuerzos en el levantamiento de plantas fotovoltaicas pero lo verdaderamente ideal sería que la fabricación y transporte de sus productos no produjeran ninguna emisión de gases de efecto invernadero desde el principio, algo que a día de hoy es simplemente imposible.