Muchos usuarios de iPhone y de Mac no lo saben, pero el salto que Apple ha dado a los procesadores con arquitectura ARM lleva muchos más años cociéndose de lo que pueden imaginar. De hecho, han sido más de tres décadas desde que se empezó a fraguar este salto, aunque probablemente ni siquiera en Apple eran conscientes de esto realmente cuando firmaron su inversión en la empresa británica ARM en el año 1990.
Efectivamente, Apple fue una de las empresas fundadoras de Arm Holdings, por entonces un acrónimo de Acorn RISC Machines, uno de los competidores de Apple en el mercado de los microordenadores personales de la época. Fue precisamente por esto que luego cambiaron su nombre a Advanced RISC Machines a petición de la propia Apple. En Cupertino vieron futuro en el diseño de los cores o procesadores RISC que esta empresa proponía, un nuevo tipo de arquitectura con un juego de instrucciones mucho más reducido y mucho más eficiente que la arquitectura x86 de Intel, los Motorola 680×0 de la época o los PowerPC que luego utilizaría la propia Apple durante unos cuantos años. Ahora, todos los Macs utilizan esta arquitectura ARM y el rendimiento que Apple está consiguiendo con ellos es realmente espectacular.
Al ser uno de los socios fundadores, Apple tiene una licencia vitalicia de utilización de esta arquitectura, y los royalties que paga por cada chip fabricado son sólo 30 céntimos de dólar. Apple paga de hecho la mitad de lo que pagan otros clientes de ARM como Qualcomm o Mediatek, a pesar de fabricar muchos más procesadores ARM que ellos. Comparemos ahora esa cifra con lo que pagaban a Intel por sus integrados, probablemente mucho más dinero, y sumemos que ahora controlan el proceso de producción completo del chip diseñándolo ellos mismos y no dependen de ninguna otra empresa para actualizar sus Macs, iPads o iPhones… o el HomePod, o las Vision Pro, o el Apple TV… todos utilizan procesadores ARM para funcionar. Es una jugada redonda.
En The Information cuentan cómo Masayoshi Son, el CEO de Softbank, reunió en Tokio a un grupo de directivos de Arm Holdings para quejarse de que Apple sólo representaba un 5% de los ingresos de la compañía a pesar de ser de lejos su cliente más grande. La empresa japonesa es la dueña de Arm Holdings desde el año 2017. Quitando un protector de plástico de la pantalla de un nuevo iPhone, Son explicó que ese plástico le costaba a Apple más dinero que el SoC de ARM que tenía el iPhone en su interior y que lo hacía funcionar.
A Son no le falta razón, pero siendo Apple una de las empresas gracias a la cual Arm y sus procesadores existen, no se puede hacer nada. Esta es la gran virtud de haber acertado de lleno con una inversión a principios de los 90 que luego resultó clave en el modelo de negocio de Apple 20 años después con el iPhone, y demuestra que a veces estar en el lugar correcto y en el momento correcto es realmente importante.