Los AirTags siguen dando mucho que hablar. Hace poco se ha sabido la historia de un propietario de un patinete eléctrico de alta gama que, temiendo que se lo robaran, le puso no uno sino dos localizadores AirTags; Uno como señuelo, para que el ladrón pensara que ya no le rastreaban, y otro para hacer el verdadero rastreo del patinete. Todo empezó en este lugar de Brooklyn, Nueva York, y le ocurrió a Dan Guido.
El patinete tenía dos AirTags, con uno escondido en este lugar y tapado con cinta aislante negra para que nadie supiera que está ahí, y se interpretara como parte del vehículo. Funcionó perfecto, porque nunca fue detectado.
Dejó el patinete anclado a esa valla con unas esposas para estos menesteres. Habitualmente le pone también una cadena, pero en esta ocasión iba con prisa y dejó sólo las esposas. En dos horas, cuando volvió a por el patinete, ya no estaba. Lo peor de todo es que pronto tenía que tomar un vuelo que le mantendría unos días fuera de la ciudad, y no podía hacerse cargo de este problema. Tenía sólo una hora, y planeaba encontrarlo y ancharlo con otro sistema más fuerte a alguna barandilla cercaba cuando lo viera. Así, localizó el patinete con la App de Buscar en un edificio determinado, concretamente éste;
Fue con la policía, a la que llamó, pero eran reacios a ir con él a preguntar a las puertas de estas casas por su patinete. Tampoco comprendían qué era un AirTag y de qué magia vudú les hablaba (sus palabras literales). Además de eso, los AirTags van a empezar a sonar en el patinete, porque esa persona se los lleva consigo sin saberlo, siendo ésta una de las funcionalidades «anti acoso» que Apple ha implementado en los AirTags, para evitar que alguien siga a otra persona metiéndole uno de estos AirTags en un bolsillo o mochila sin que lo sepa. Suenan entre 8 y 24 horas después de que se muevan contigo (más bien, con tu iPhone). Por esta razón, Dan no tenía mucho tiempo.
Dan tubo la inteligencia de no marcar los AirTags como perdidos para evitar que empezaran a sonar aún mas. Se fue a su viaje de trabajo, y cuando volvió, curiosamente, el patinete seguía estando localizable por uno de los AirTags. Ahora, de nuevo, fue con la policía, y encontraron que el patinete estaba aquí… curiosamente, en una tienda de patinetes eléctricos de segunda mano.
Entró dentro con la policía, y encontraron su patinete entre todos los que estaban en la tienda. Se lo habían comprado a una mujer, y aunque los de la tienda llegaron incluso a amenazar a Dan con gestos, finalmente se pudo llevar su patinete sin más, que había sufrido daños; El cable del freno estaba cortado. Lo habían cortado porque no paraba de sonar, y pensaban que era por un freno defectuoso, pero esos sonidos venían del AirTag. La policía empezó a investigar y pedir los datos de la mujer que les vendió el patinete, pero no tomaron identificación ni datos, aunque tienen un video de la mujer vendiendo la máquina en la tienda. Se lo dieron a la policía para que buscaran a esa persona, y se quedaron en la tienda investigando, probablemente, el resto de patinetes y por qué no piden identificación ni datos que demuestren que ese patinete es propio, y no hurtado. simplemente prefirieron mirar para otro lado, y es posible que lo hayan hecho con muchos más clientes. Así que, en este caso, la policía tiene mucho que investigar. Además, aprendieron qué son los AirTags y eso sin duda les vendrá muy bien de cara al futuro.
Dan pudo enviar su patinete a reparar ese cable de freno y él recuperó la máquina, gracias a esos AirTags, aunque uno de ellos, lo perdió y no especifica si lo pudo recuperar alguna vez.
Es una historia con final feliz, pero hay que tener una cosa muy clara; Si tienes unos AirTags en una propiedad privada, nunca entres a por ellos, porque eso es un delito. Nunca te enfrentes a ningún ladrón… siempre busca a algún policía que te acompañe, porque son tu protección en caso de que esa persona sea peligrosa. Además, es posible que, como ha ocurrido con esa tienda, la persona que tiene lo que te han robado no sea la que ha cometido el hurto. Por esa razón y muchas más, busca siempre a la policía para ayudarte, pon una denuncia y pídeles que te acompañen.