Desde hace varios meses el presidente de los EEUU Donald Trump está manteniendo una guerra comercial con China aplicando una serie de aranceles (impuestos) más elevados de lo habitual a los productos importados desde ese país. El objetivo de Trump es, en teoría, fomentar que las empresas tecnológicas norteamericanas fabriquen sus productos en EEUU en lugar de hacerlo en el extranjero, trayendo puestos de trabajo de vuelta que se perdieron con la deslocalización de la fabricación de muchos dispositivos electrónicos a Asia, hace varias décadas.
El resultado, después de muchas idas y venidas, es que quizás mañana se incremente el precio de los AirPods, el Apple Watch y el HomePod hasta un 15%, que es aproximadamente el impacto que estos nuevos impuestos tienen sobre las importaciones desde China, y que se ponen en vigor el primer día de septiembre. Esta subida de precios sólo afecta a EEUU, porque en la Unión Europea y en otros países, por ahora, no hay ningún cambio en torno a las relaciones con China y sus políticas de importación y exportación.
Si esto se cumple, EEUU podría dejar de ser uno de los países en donde es más barato comprar un iPhone en el futuro, o cualquier producto de Apple. Por ahora esta subida arancelaria no se aplica al iPhone, pero de la misma manera que ahora probablemente se aplique al Apple Watch, en el futuro podría ser también el iPhone el que se vea afectado. Obviamente, todo esto podría tener serias consecuencias para los ingresos de Apple, sobre todo ahora que están a punto de presentar una nueva generación de iPhones. Se espera que esta subida de precios para el iPhone llegue en el mes de diciembre, así que si vives en EEUU o pensabas comprar un iPhone cuando vayas allí, ten en cuenta que sólo tendrás el mes de noviembre para conseguir uno, y durante el primer mes es bastante complicado conseguir una unidad por la falta de disponibilidad ante la avalancha inicial de pedidos.
La noticia la ha dado Mark Gurman en Bloomberg.
