La pantalla del iPhone X es especial no sólo porque ocupa casi todo su frontal, sino también porque es la primera pantalla OLED que Apple utiliza en un iPhone. Una pantalla OLED enciende cada uno de sus píxeles independientemente, y por esa razón no tiene un panel de retroiluminación debajo, haciendo el componente más delgado y ligero. Es por esta misma razón que una pantalla OLED puede ser flexible, aunque en el caso del iPhone Apple la utiliza en un área completamente plana, sin doblar en los bordes como ha hecho Samsung con el Galaxy S8 por ejemplo. Las pantallas OLED han existido durante décadas, por ejemplo en calculadoras de los años 80, con esos números en verde o naranja que llamaban tanto la atención. Aunque tenían sus usos, muchos años después en la industria nunca se pensó que esta tecnología podía ser útil para un smartphone porque los colores eran demasiado vivos, parecían irreales. Además, los pixeles sufrían un desgaste cuando repetían a menudo el mismo patrón de color o iluminación. Esto da como resultado sombras en la pantalla, como éstas de un Galaxy S7.
Este problema se soluciona vía software, curiosamente, haciendo que el color o brillo cambie imperceptiblemente para una persona en esas zonas de la interfaz en las que se repiten patrones a lo largo de un período de tiempo más prolongado, como botones de volver o el lugar en donde se visualiza la hora. A pesar de estos pequeños trucos, a veces esas sombras aparecen pronto en pantallas OLED que no están muy bien preparadas para no sufrir ese defecto… es lo que le está pasando al Pixel 2 de Google, que con pantallas OLED de LG, está quedando en evidencia al presentar sombras en su pantalla tras sólo unas pocas semanas de uso. Al comparar pantallas OLED de LG y de Samsung, está claro a quién hay que elegir.
En cualquier caso, y volviendo a la historia de las pantallas OLED, sólo Samsung y LG apostaron por esta tecnología en el pasado, perfeccionando el color y consiguiendo año tras año mejores resultados, hasta llegar al día de hoy en el que una pantalla OLED supera en calidad a una LCD, aunque es bastante más cara porque, de nuevo, sólo esas dos marcas surcoreanas tienen fábricas que permiten fabricarlas, al haber sido los únicos que apostaron por ellas. Eso les ha dado unos cuantos años de ventaja y es la razón por la que Apple está utilizando pantallas de Samsung en el iPhone X. Es también una de las razones por las que el iPhone X es más caro.
¿Dejará alguna sombra la pantalla OLED del iPhone X? – no se sabe, la verdad. Hace falta probarlo durante bastante tiempo. Pero conociendo a Apple, y su obsesión con la calidad de las pantallas que utiliza en todos sus dispositivos desde hace décadas, es muy probable que nunca veamos una de esas sombras. En el iPhone, algo así sería simplemente inaceptable.
Las pantallas OLED, además, presentan otras ventajas como un consumo menor en función de lo que muestran. Ya que cada pixel emite su propia luz, el consumo lo define principalmente el número de pixeles encendidos y la intensidad con la que lo hacen. Eso quiere decir que con una interfaz con fondo negro, se conseguirá un menor consumo, aunque a lo largo del día la diferencia puede ser inapreciable. Una pantalla LCD, tiene ese panel de iluminación debajo encendido siempre, independientemente de si el fondo es negro o no. Es por eso que se aprecia cómo están encendidas si nos encontramos en un lugar oscuro, incluso si no se muestra nada en las mismas, como por ejemplo un fondo negro.
Así, resumiendo… estas nuevas pantallas OLED para el iPhone X nos traen un color muy resaltado, un contraste muy superior, y una resolución todavía más elevada (es decir, un pixel más pequeño). Son todo ventajas, exceptuando su precio, más elevado. Y no nos equivoquemos, estas pantallas OLED están fabricadas por Samsung porque son los mejores ahora mismo para fabricar este componente, pero son pantallas que han sido especificadas por Apple. Pasan sus controles de calidad.
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