Apple ha anunciado hoy que sus 14 fábricas de ensamblaje para el iPhone, iPad, iPod touch, MacBook, iMac, Mac Mini y otros accesorios en China, ya no generan basura.
Esto quiere decir que todo el metal y cristal que se desperdicia es reciclado, que los circuitos son liberados de metales y reacondicionado o reciclado, que el papel o cartones de los envases es todo reutilizado, y cosas por el estilo. Nada lo que hace alguna de esas 14 fábricas termina en tirado en ningún vertedero.
Además de eso, uno de los proveedores de cristal más importantes de Apple, Lens Technology, ha dicho que para el 2018 todos los productos que fabriquen para Apple utilizarán sólo fuentes de energía renovables, en concreto electricidad proveniente de aerogeneradores.
Todo esto, está sin duda muy bien y si tiene algo realmente positivo es que empujará a muchas otras empresas a hacer cosas similares. En cualquier caso, no nos engañemos, la fabricación de millones de aparatos electrónicos supone un impacto ecológico. Decir que no es un poco como decir que un motor de combustión, sea gasolina o diésel, es ecológico porque consume menos o tiene bajas emisiones de gases nocivos. Sin duda es muy positivo que Apple se esfuerce tanto en conseguir fabricar, distribuir y mover toda su maquinaria con energías renovables, es lo que deberían hacer todas las grandes empresas con valores éticos, pero también hay que tener claro lo que supone movilizar literalmente a cientos de miles de personas en todo el mundo para fabricar cualquier cosa a la escala que lo hace Apple.