Estos días se está hablando mucho de las mejoras en disipación de calor del iPhone 17 Pro respecto a modelos anteriores de iPhone. Sobre todo en el iPhone 15 Pro y en el iPhone 16 Pro, muchas de las reseñas de medios especializados indicaban un calor excesivo en la carcasa trasera que a veces causaba un poco de incomodidad al jugar a juegos durante bastante tiempo. Otras reseñas señalaban a ralentizaciones que ocurren cuando la CPU alcanza una temperatura elevada y al sistema no le queda más remedio que bajar la velocidad de reloj para bajar la temperatura. En Apple han tomado nota de todo esto, y el iPhone 17 Pro no sólo distribuye mucho mejor el calor, sino que además se calienta menos, unos dos grados centígrados menos de media, y por lo tanto mantiene la máxima potencia de proceso de su CPU y GPU durante mucho más tiempo.

Todo esto se ha conseguido gracias a un rediseño completo en el interior del iPhone. Apple ha cambiado toda la disposición de componentes en el interior, la forma de abrir y de reparar el iPhone y la forma de disipar el calor. La batería, por ejemplo, ahora se encuentra dentro de su nueva caja metálica que ayuda a disipar su calor y protegerla a la vez que la aisla, pero además está pegada a una bandeja y no a la carcasa del iPhone. Esa bandeja hace varias funciones: Disipa el calor, contiene la cámara de vapor y facilita reemplazos de batería. El nuevo sistema de disipación de calor, esa nueva (en el iPhone) cámara de vapor que lleva el iPhone 17 Pro, utiliza también esa carcasa Unibody para disipar el calor tras alejarlo de la CPU con un sistema de evaporación y condensación de agua. Esa cámara de vapor está pegada en esta bandeja que lleva, a su vez, el calor a la carcasa Unibody, que tiene mucho más aluminio y no se limita a los bordes exteriores del dispositivo. Hay mucha más masa de aluminio que antes, y por lo tanto, el calor tiene más lugar en el que extenderse.

Si quitamos la cámara de vapor de la bandeja, la podemos ver con detalle.

Tiene exactamente la misma forma que Apple mostró en sus vídeos, aunque con mucho menos glamour.

El ciclo de evaporación y condensación, funciona así.

Este componente, visto en su lámina de fabricación, se filtro varios meses antes de que se presentara el iPhone 17 Pro. Aquí podemos ver varias cámaras de vapor en una lámina conjunta.

Pues bien, el resultado de la disipación de calor comparado con el iPhone 16 Pro un año antes, es éste.

Menos calor, mejor distribuido, CPU y GPU funcionando al máximo de velocidad más tiempo a pesar de ser más potentes… todos los hitos de mejora superados un año más. Muchas personas piensan que un iPhone apenas cambia de un año para otro, pero en realidad todas estas mejoras cuestan muchísimo esfuerzo conseguirlas. Sobre todo si las acumulamos a lo largo de 3 o 4 años hacen que cuando uno ha utilizado su carísimo iPhone durante 4 o 5 años, note una diferencia importante al cambiar a otro modelo. Sí, hoy en día pagamos 1.500 euros por un iPhone de la familia Pro, pero si tenemos en cuenta que lo podemos utilizar 5 o 6 años sin problemas, estamos hablando de un coste de unos 250€ o 300€ anuales. Esta es la dinámica a la que nos hemos acostumbrado mucho ante la radical subida de precios que han visto los smartphones (iOS o Android), y muchas otras cosas del día a día, lamentablemente.