Apple ha eliminado el incomprensible MacBook Pro de 13 pulgadas de su catálogo, que hasta ahora se vendía con procesador M2 tras haber una versión con M1, heredando el diseño externo de los últimos MacBook Pro con procesador de Intel y algo muy importante, la Touch Bar, esa alargada pantalla OLED sobre su teclado en la que se mostraban botones personalizados, emojis, y más.
Es una pena verlo desaparecer, pero no había más remedio porque Apple claramente había dejado de lado la Touch Bar. Probablemente su única razón de ser era precisamente esa pantalla, que a algunos usuarios nos gustaba, pero que también era francamente problemática porque al teclear, cualquier pequeño roce con cualquier dedo pulsaba un botón inesperadamente y eso podía llegar a desesperar bastante porque uno no puede dejar las manos relajadamente sobre el teclado o debe mirarlo continuamente para evitar tocar esa pantalla deliberadamente.
Dicho de otra manera, la Touch Bar era bonita, una buena idea, útil para muchos, espectacular… pero también molesta para muchos usuarios, y no tan útil para bastantes también, porque muchas aplicaciones nunca sacaron partido al no personalizar sus botones virtuales en esta pantalla.
Así, ahora mismo el único MacBook Pro que Apple vende es el de 14 o 16 pulgadas, y por esa razón tiene también la posibilidad de utilizar el M3, sin Pro ni Max, como opción de procesador. Es también el único MacBook Pro en color gris espacial que queda.
Apple simplifica y da racionalidad ahora a sus portátiles de esta manera, a falta de actualizar los MacBook Air también al M3, algo que nos imaginamos que no tardará mucho en ocurrir y que dependerá de la capacidad e TSMC de fabricar suficientes procesadores M3 para cubrir la demanda del iMac y de los nuevos MacBook Pro antes de la llegada de los iPads, MacBook Air y Mac Studio o Mac Pro con M3 el año que viene.