Anecdota de Navidad de Steve Jobs: Fue el Papá Noel de una niña de 5 años

Probablemente el nombre de Regis McKenna no te suene mucho. Se trata de una de las personas que ayudó a Steve Jobs a hacer la campaña de marketing del Apple I, en la que sería la primera campaña de marketing de la historia de Apple. Esto ocurrió en el año del nacimiento de la empresa, en 1976. Casi 25 años más tarde, Steve aún se acordaba bien de McKenna, con quien siempre estuvo en contacto, incluso cuando tuvo que salir de Apple por la puerta de atrás. Cuando regresó a la compañía a finales de los 90, el primer proyecto en el que Jobs se vio totalmente involucrado fue el lanzamiento de los nuevos iMacs de colores.

Colores del iMac original

Regis McKenna, que tiene 5 nietos por entonces rondando los 5 o 6 años, decidió comprar 5 de estos iMacs de colores, uno para cada uno de ellos. Sin embargo, uno de los iMacs tuvo un problema con su disco duro, y no funcionaba bien. Se trataba de un problema de fábrica y por lo tanto le correspondía en garantía un cambio de iMac por otro que funcionase, pero como compró los iMacs a un distribuidor de Apple en lugar de directamente a Apple, le dijeron que tenía que esperar unas semanas porque Apple tenía que autorizar el cambio primero. Era el proceso habitual con intermediarios en aquellos años.

Regis McKenna no quería esperar, lógicamente se trataba del regalo de Navidad de uno de sus nietas. Por eso envió un email a Steve Jobs, contando si era esa la política de Apple, de hacer esperar semanas a sus clientes. A los 30 segundos, Jobs le llamó por teléfono, y le pidió que le explicara la historia. Tras hacerlo, le dijo que tendría noticias muy pronto. A los 10 minutos de esa llamada, llegó otra llamada en la que el distribuidor le indicaba que podía pasarse directamente a recoger el nuevo iMac de su nieta. Así, la niña pudo disfrutar esa Navidad de un nuevo y flamante ordenador, un clásico que hizo historia.

Kenna envió otro email a Jobs para darle las gracias por su intermediación, diciéndole que había sido un Papá Noel muy bueno para su nieta. Steve contestó esto:

Ho ho ho

Así es, simplemente le envió la típica risa de Papá Noel y un smiley.

McKenna cuenta toda la historia en este vídeo de Forbes, en el que también nos cuenta que a menudo hablaba por teléfono con Steve los fines de semana, simplemente para charlar de las cosas, y que echa de menos esas conversaciones con él.

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