Apple ha decidido solicitar a todos sus empleados, tanto los de oficina como los que trabajan en una Apple Store, prueba de que han recibido la tercera dosis de la vacuna contra la Covid. Los empleados que no hayan recibido esa tercera vacuna de refuerzo, podrán continuar trabajando, pero tendrán que someterse a tests casi diarios para verificar que no se han contagiado.
Apple toma esta drástica decisión después de toda la polémica que está causando el movimiento de personas que está en contra de las vacunas, independientemente de que los datos muestren claramente que funcionan, y demás, que lo hacen muy bien, salvando literalmente millones de vidas.
Aunque Apple planeaba haber regresado ya a la oficina, la llegada de la variante Ómicron ha causado que el número de contagios se dispare en todo el mundo gracias a su enorme poder de transmisión. En estos momentos, es más fácil llegar al último juego del Juego del Calamar que evitar contagiarse de Covid.
Esta decisión causará sin duda mucha polémica entre los que piensan que las libertades individuales están por encima del bien común (y demostrado) que las vacunas aportan a la sociedad.
Vía: The Verge.