Apple no se ha complicado mucho la vida a la hora de decidir cómo deben ser los nuevos MacBooks con su propia CPU M1. Si abrimos ambos modelos, tanto el anterior con CPU x86 de Intel como los nuevos con CPU M1, la distribución de la mayoría de componentes es exactamente la misma, hasta el punto de que se pueden intercambiar piezas, como por ejemplo el ventilador que refrigera el MacBook Pro.
El diseño exterior de estos nuevos ordenadores portátiles y del Mac mini, como ya sabemos, no ha cambiado en absoluto. De hecho, viéndolos por fuera es casi imposible identificar si es un nuevo MacBook con M1, teniendo que utilizar la pequeñísima inscripción que hay debajo del dispositivo, el número de modelo, que apenas se ve. Casi es necesaria una lupa para poder identificarlo. En la práctica, la manera de averiguar si se trata de uno de los nuevos Macs con arquitectura ARM, es encendiéndolo y viendo qué chip (como Apple llama ahora a sus procesadores) tiene instalado.
Ese chip, como vemos aquí abajo, está refrigerado con un simple disipador de calor de aluminio en el MacBook Pro. Es más que suficiente, porque apenas se calienta.
En el caso del MacBook Air ese disipador es todo lo que tiene, porque ni siquiera tiene ventilador. Es el propio chip el que baja su temperatura bajando el rendimiento automáticamente cuando los límites de calor generado se sobrepasan. Por eso, la única diferencia de rendimiento entre el modelo Pro y el Air, es que el Pro puede mantener una alta velocidad durante más tiempo, al sacar ese calor de ahí con un ventilador, haciendo que se pueda enfriar más rápido.
La CPU y GPU están incluidas en diferentes capas de la parque izquierda del chip, que vemos aquí abajo. A la derecha, tenemos dos chips de memoria RAM.
En el caso del MacBook Pro de 13 pulgadas, es difícil ver lo que cambia realmente, con el disipador y ventilador encima. La placa base es ligeramente más grande, pero apenas varía respecto a su versión con CPU de Intel. Lo curioso es que este ventilador que tiene, a diferencia de la versión con Intel, apenas entra en funcionamiento, y si lo hace no se escucha en absoluto en ningún momento, porque lo hace a baja velocidad.
En definitiva, se nota que Apple ha dedicado todo su tiempo al nuevo chip, ha puesto unas placas base rediseñadas para poder utilizarlo y el resto simplemente lo ha reciclado del modelo anterior con procesador de Intel. Es muy probable que haga lo mismo con el resto de modelos de Mac, como el iMac y el Mac Pro, aunque esta vez con versiones del chip M-loquesea más rápidas y potentes. Teniendo en cuenta que uno de los nuevos MacBook Air en muchas cosas es más rápido que un iMac Pro, es muy probable que estos nuevos procesadores ARM diseñados para estas máquinas más grandes sean, realmente, mucho, mucho más rápidos.