Una de las mejoras más difíciles de conseguir con cualquier auricular inalámbrico Bluetooth, es reducir la latencia, es decir, reducir la cantidad de tiempo que pasa entre que algo tiene que sonar, y realmente suena. Ese audio tiene que ser procesado por el iPhone, ser transmitido, procesado por el chip de audio de cada auricular, sincronizado y entonces reproducido. Este proceso, que en realidad es mucho mas complicado, añade un pequeño tiempo que es imposible de eliminar incluso cuando se utiliza, por ejemplo, el altavoz del iPhone o de un ordenador. Es, probablemente, el principal inconveniente de los auriculares Bluetooth pero pasa desapercibido para la inmensa mayoría de usuarios.
Un estudio hecho por un desarrollador y músico norteamericano llamado Stephen Coyle nos muestra la latencia que tienen todos los modelos de AirPods que Apple ha puesto a la venta hasta ahora; Los originales, los de segunda generación y los AirPods Pro.
Esta latencia la ha representado en esta gráfica que tienes bajo estas palabras; Cuanto más alta es la barra, más latencia tienen esos auriculares. Como puedes observar, Los AirPods originales de primera generación tienen 274ms de latencia, y la siguiente generación, la que está a la venta cuando se publica este artículo, la reduce a 178ms. Esto lo consigue Apple mediante la utilización del nuevo chip H1, más rápido y avanzado que el W1 que llevan los AirPods originales.
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Los AirPods Pro consiguen bajar esa latencia aún más, hasta los 144ms. Otras marcas como los Sony WH-CH700N o los Beats Studio 3 que también son de Apple se acercan más a los AirPods de primera generación… y quizás sea porque los Beats Studio 3 tienen el mismo chip W1 que la primera generación de AirPods.