Ha pasado tanto tiempo desde que el iPhone original fuera presentado por Steve Jobs que muchos nos hemos olvidado de lo complicado que tuvo que ser desarrollar algo así cuando nadie lo había hecho antes. Sí que es cierto que había PDAs en los que la pantalla ocupaba casi todo el espacio, y también es cierto que para Apple diseñar algo como el iPhone era inevitable porque la tecnología del momento empezaba a permitir, por primera vez, fabricar algo así, con una CPU lo suficientemente potente para ejecutar esa mini-versión reducida de OS X, o con una pantalla táctil capaz de detectar un dedo con tanta exactitud y rapidez. Pero también es verdad que fue Apple, y no cualquier otra empresa, la que consiguió desarrollar el iPhone, que en sus primeros días tenía este aspecto.
Aunque no se pueda apreciar bien en un primer vistazo, esa placa base que hay sobre la mesa con un auricular de teléfono conectado, es una placa que se encargaba de suministrar al sistema las funciones de ese iPhone primitivo, como por ejemplo la posibilidad de hacer llamadas. Es el primer prototipo de iPhone. El Mac, un PowerMac con procesador PowerPC G3, hacía las veces de CPU, y era básicamente la plataforma en la que se desarrollaba y probaba el software de lo que luego sería iPhoneOS, y años más tarde, iOS. A ese Mac se conectaba también un terminal tonto que dentro de Apple se llamaban Wallabies, según nos cuenta @kocienda, el desarrollador original del teclado virtual del iPhone. Ese terminal tonto, que en realidad era simplemente una pantalla táctil externa, se puede ver en una de las esquinas de la mesa, aunque en esta foto los podemos ver más en grande, al menos dos modelos diferentes de ellos. El de la derecha, era el Wallaby 3.
El gris, tenía un botón Home funcional, el blanco no, aunque se aprecie un poco una especie de botón Home, en realidad no era funcional. Fue en estas pantallas táctiles conectadas al Mac en donde se desarrollo el teclado del iPhone y muchas otras cosas. En la parte superior de la pantalla podemos ver orificios utilizados para probar diferentes sensores de iluminación o luminosidad.
De eso, a ésto, parece que ha pasado mucho tiempo, pero en realidad han sido sólo doce o trece años. Es difícil determinar si el prototipo del iPhone eran esas pantallas, si era esa placa base llena de cables o si era ese PowerMac con esa versión de OS X reducida… o quizás tenga más sentido decir que el prototipo de iPhone era todo lo que había sobre esa mesa, porque fue la conjunción de todo eso lo que dio lugar, finalmente, al iPhone original en el 2007.