Apple se ha unido a Intel, Google, Facebook, Microsoft, Netflix, Twitter, Uber… y muchas otras empresas, incluso fuera del mundo de la tecnología como Levi Strauss, han firmado un documento en el que oficialmente muestran su rechazo a la orden ejecutiva del Presidente de EEUU, Donald Trump, en la que impide la entrada en EEUU a ciudadanos de varios países musulmanes. Todo esto ha causado una repercusión social enorme y aunque una orden judicial ha bloqueado esta orden ejecutiva temporalmente, muchas empresas del mundo de la tecnología no quieren que sus empleados pertenecientes a estos países, o a cualquier otro, tengan ningún problema para continuar trabajando con ellos.
Es muy importante recordar que en el caso de empresas como Apple, este tipo de inmigración ha sido totalmente instrumental en su historia. La empresa, por ejemplo, no hubiera existido nunca si el padre de Steve Jobs, un inmigrante sirio musulmán llamado Abdulfattah Jandali que llegó a EEUU en los años 50, no hubiera podido entrar en el país. Fue como estudiante universitario cuando conoció a Joanne Carole Schieble, la madre biológica de Jobs. Ambos entregaron su hijo a Paul y Clara Jobs, una familia de clase media, al no poder encargarse de él… y el resto es historia.
Entender que alguien como Steve Jobs fue hijo precisamente de un inmigrante que hoy en día tendría problemas para ir a estudiar a EEUU da un punto de vista muy claro sobre lo importante que es para las empresas de Silicon Valley poder acceder al mejor talento tecnológico del mundo, independientemente del país de origen o religión que profesen esas personas. Por eso, es por lo que Apple y casi cien otras empresas se han unido para explicarle al Presidente Trump que están en contra de su política de inmigración actual. Está claro que Trump va a dar mucho que hablar durante los próximos cuatro años.
Foto de los padres de Steve Jobs vía: Alarabiya. Noticia vía: Bloomberg.