El Apple Watch es considerado un relativo éxito de ventas. Está claro que Apple vende millones de sus relojes, aunque nunca da las cifras exactas y hay que guiarse por los datos estimados que otras empresas ofrecen. Una de esas empresas es IDC, y hoy nos cuenta que en el tercer trimestre fiscal de este año Apple ha enviado a puntos de venta 1,1 millones de Apple Watch.
Sin embargo, el mercado de este tipo de dispositivos ya ha crecido bastante, y Apple sólo tiene el 4,9% de esa tarta; Fitbit, con sus pulseras de actividad (que también dan la hora en la mayoría de casos) continúa reinando con el 23% del mercado, enviando a tiendas 5,3 millones de dispositivos wearables.
Tener sólo el 4,9% del mercado puede parecer poco, pero incluso así se podría decir que ganan mucho dinero. En cualquier caso, probablemente no son los números que Apple esperaba antes del lanzamiento de su reloj inteligente. Como vemos en esta tabla, Apple ocupa el quinto puesto en el ranking de fabricantes de wearables. Empresas como Xiaomi quedan en un segundo lugar, por encima de Apple, sin apenas hacer ruido en medios de comunicación.
La razón por la que esto ocurre es sencilla; Estamos comparando peras con manzanas. Fitbit hace sin duda dispositivos muy atractivos, que además, simplemente funcionan. Son muy baratos, y además aguantan casi una semana sin tener que cargarse, algo que supera con creces al Apple Watch. Pero es normal que lo hagan, porque simplemente, son dispositivos muy diferentes a pesar de ser, también, wearables. Su propósito, aunque coincida con algunas de las funciones del Apple Watch, es diferente; medir la actividad física de usuario. Aunque también pueden hacerlo en algunos casos como las llamadas telefónicas, no pretenden ser el lugar a donde van a parar todas las notificaciones de nuestro iPhone. Se concentran en algo sencillo… que es medir las horas que se mueve el usuario, sus pasos y distancia, o las horas que duerme. Mientras tanto, se apartan de la vista del usuario. Llevar por ejemplo una Charge HR es como no llevar nada. El usuario se puede olvidar completamente de que la lleva puesta en la muñeca. Sin embargo, el Apple Watch, aunque mide también la actividad física del usuario y el nuevo Series 2 está diseñado para ser utilizado en deportes como la natación, pide todo lo contrario; que estemos mirando su pantalla, brevemente, muchas veces al día… cada vez que llega una notificación, un email, cada vez que queramos comprobar el tiempo, o cada vez que queramos preguntar algo a Siri.
Son todas cosas que las máquinas de Fitbit no hacen, pero que obviamente tienen un precio muy alto; cargar el reloj todas las noches. Muchos usuarios no están dispuestos a algo así, sobre todo si además ven que tienen que pagar entre tres y cuatro veces más en comparación con los dispositivos de Fitbit. Es un concepto de wearable diferente, que juega en una liga diferente. El Apple Watch se puede comparar con los Gear de Samsung, pero no con los dispositivos de Fitbit. Las pulseras o relojes de Fitbit se pueden comparar con las bandas deportivas de Xiaomi, pero no con el Apple Watch o los relojes inteligentes Gear de Samsung. En esta tabla, se comparan, y por esta razón Apple y Samsung quedan en los últimos puestos del Top 5.