Desde hace ya bastante tiempo el Sr. Presidente de los EEUU Donald Trump mantiene una guerra comercial con China, en virtud de la cual incrementa los impuestos arancelarios que hay que pagar para poder importar productos de ese país en su territorio. Es un problema grave para Apple porque el iPhone se ensambla en China y eso supone que a pesar de ser una empresa norteamericana, todos los iPhones que Apple vende en EEUU son importados.
Este mismo problema de los aranceles (impuestos de importación) se da también en India o Brasil, dos países que tienen gobiernos muy protectores de su mercado laboral. Esa es la razón por la que Foxconn, el principal socio de Apple en la fabricación del iPhone, también tiene fábricas en esos países.
Sin embargo, al menos por ahora, el iPhone no se ensamblará en EEUU. Por eso Apple ha pedido en una carta a Robert Lighthizer, responsable en el gobierno de este tipo de tarifas a la importación, que por favor reconsidere su postura de incrementar aún más los aranceles que los productos importados de China han de pagar, ya que eso perjudicaría gravemente las contribuciones económicas que Apple aporta a EEUU como país, con millones de empleaos generados en torno a sus productos y software. De paso, en esa carga Apple argumenta que es el principal pagador de impuestos en EEUU en la actualidad.
Si Trump no da marcha atrás, cada iPhone, Apple Watch, Apple TV, Beats, iPad, Mac o AirPods que Apple venda en EEUU, tendrán un recargo económico importante que los hará menos atractivos al tener un precio más alto. Esas subidas de impuestos, tarde o temprano, siempre repercuten en el usuario final de un producto.
El PDF de esa carga en cuestión lo puedes encontrar en esta página.