Siri, el primer ataque de Apple dirigido a Google

Aunque ya hemos hablado de Siri anteriormente en varias ocasiones, después de la presentación del iPhone 4S y de ver cómo funciona, no podemos dejar de pensar que Siri es el primer ‘ataque’ que Apple dirige directamente a Google; antes es necesario mencionar los antecedentes… cuando el iPhone fue presentado en el año 2.007, los móviles diseñados para funcionar con Android eran todavía más parecidos a una BlackBerry que a cualquier otro terminal. Teclado físico debajo de una pantalla. A partir del nacimiento del iPhone, Android fue dirigido a lo que ahora es el mercado de los smartphones; terminales todo pantalla. Poco a poco, Google fue haciendo cada vez más la competencia a Apple según Android iba siendo adoptado por la mayoría de fabricantes habituales de teléfonos móviles, que han preferido utilizar este sistema operativo o como mucho ‘vestirlo’ un poco en lugar de desarrollar uno propio.

Llegó un punto en el que por puro conflicto de intereses, Eric Schmidt, hasta entonces miembro de la junta directiva de Apple, tuvo que dejar su cargo, de mutuo acuerdo. Desde entonces, Apple y Google, aunque colaboran en muchas cosas (el buscador por defecto de Safari, aunque se puede cambiar, sigue siendo Google y la App de Mapas de Google es la única App que Apple no programa y que se incluye por defecto pre-instalada en todos los iPhone).

Dicho de otra manera; Google metió la mano en el negocio de Apple (smartphones) de manera prominente. Apple no ha metido la mano de ninguna manera en el negocio de Google (búsquedas), aunque si lo ha intentado, sin mucho éxito, en el de la publicidad dentro de las Apps de su sistema operativo.

¿Por qué pensamos que Siri es competencia de Google? Bueno, por lo que hemos podido ver en su presentación, el único resultado que Siri da extraído de Google son los mapas cuando preguntamos por una ruta. Todos los demás datos, son extraídos de WolframAlpha, Yelp… y otros proveedores. Sólo cuando Siri no sabe qué le pedimos, nos dirige a una búsqueda utilizando el servicio que tengamos configurado por defecto en Safari, que, por lo general es Google.

Ahora mismo, Siri es muy básico. Ni siquiera está acabado… es beta. Dentro de unos cuantos años, cuando esté pulido, será algo que usemos de manera habitual. Es uno de esos cambios que parece que no vienen, pero que luego resultan ser decisivos, como el ratón, o la propia Internet… cosas que nadie pensaba serían de uso común en sus comienzos y hoy en día no podemos pensar qué sería de la informática sin ellas. Cuando esté mucho más pulido y podamos decirle en una frase «avisa al restaurante que llegaré tarde porque quiero echarme una siesta antes de ir a por los niños al colegio», dejemos el iPhone sobre la mesa y éste se encargue de: 1. Cambiar la reserva del restaurante, online, 2. Poner alarma para levantarse antes de la hora de salida de los niños del colegio, 3. Hora calculada gracias a la posición actual, el tiempo que se tarda en e llegar y el tráfico previsto en ese momento, 4. Avisar al resto de asistentes de la cena del cambio de hora de la cita.

Suena a ciencia ficción, ¿verdad?… es sólo inteligencia artificial y muy probablemente será una realidad antes del año 2.020. Siri es sólo el comienzo que Apple ha preparado en la evolución de este sistema.

Con todos los datos que hacen falta del usuario, Google se quedará sin saber que tenemos niños que van al colegio, y no podrá mostrarnos anuncios de libros de texto. Tampoco sabrá que nos gusta la comida italiana, ni que nos gusta dormir la siesta. Son datos sutiles, pero es justo lo que Google busca para poder ofrecer siempre anuncios más dirigidos a sus usuarios… algo en lo que están muy concentrados y que hacen muy bien. Es la razón por la que extienden sus tentáculos a cualquier utilidad posible de Internet (traducciones, localización y mapas, redes sociales, películas, música, etc etc etc). Que en el futuro pudiera haber cientos de millones de usuarios de iOS que no provean de toda esta información sobre ellos a la hora de usar Siri, probablemente, no le haga mucha gracia a la gran G.